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lunes, 24 de mayo de 2010
Por un Congreso pro Democracia y Libertad
Un mensaje para la mesa de Unidad.
Pienso que no vamos a poder superar la tragedia venezolana, esa de tener a un dictador en el poder haciendo desastres, si no tratamos de enfrentar el dilema de desconfianza que permite que esa tragedia ocurra. Cuál es nuestro problema? La fragmentación de la mayoría de la sociedad venezolana entre quienes adversan decididamente a Chávez y quienes ni lo siguen ni confían en la “oposición”. Esta segunda actitud equivale, para todo efecto práctico, a un apoyo al régimen dictatorial.
Todas las encuestas creíbles de opinión indican que la suma de los opositores a Chávez y quienes ni lo apoyan ni lo combaten abiertamente, está en el orden del 70 por ciento. Solo un 30 por ciento puede definirse como pro-dictadura. Sin embargo, debido al dilema mencionado arriba, vemos como una dictadura se le está imponiendo a la mayoría de la sociedad.
A fin de buscar el mecanismo para superar este dilema debemos comenzar por plantearnos:
1. Lo que deseamos nosotros, quienes estamos en la oposición decidida a Hugo Chávez. Esto está razonablemente claro: deseamos unir esfuerzos con todos los venezolanos quienes aman la democracia a fin de reemplazar al dictador con una presidencia capaz de gobernar en paz ciudadana y para todos los venezolanos.
2. Lo que persiguen quienes ni apoyan a Chávez ni confían en la “oposición” por creer que esta representa las mismas actitudes personalistas que animan al dictador. Creo que lo que este grupo desea es lograr una Venezuela desprovista de las mañas de la llamada Cuarta República y de los abusos de poder de la llamada Quinta República. Piensan, con o sin razon, que ni Chávez ni la oposición pueden ofrecerles esto.
3. Cuál es el desenlace más probable para Venezuela si estos dos grupos no se ponen de acuerdo? La ruina económica y social. La guerra civil. La violencia generalizada, pués ya existe en el país una criminalidad exacerbada y sin control. Venezuela ha sufrido diez años de desgobierno, según evidencian todas las estadísticas confiables. En otros diez años estará en el foso de las naciones, haciéndole compañía a Zimbabue, Corea del Norte, Haití y Cuba. En realidad los índices objetivos preparados por las organizaciones internacionales ya indican que el país está cerca del foso.
4. Hay que convencer a los venezolanos democráticos que esta amenaza que pende sobre nosotros no es un ejercicio de la imaginación. Los miembros de la oposición deben tratar de convencer a los “ni-nis” de que si no hay acuerdo entre los dos grupos, tanto los miembros de la oposición como los miembros “ni-nis”, serán molidos por la dictadura. Irán al exilio, a la cárcel, a la ruina, a vivir en una sociedad miserable, tal y como los infortunados cubanos, haitianos o zimbabuenses. Es muy probable que ello ocurra después de una guerra civil en la cual las fuerzas armadas del dictador se impongan a la fuerza sobre ciudadanos libres pobremente armados. Como resultado, los venezolanos que permanezcan en el país tendrán que resignarse a vivir, quien sabe hasta cuando, bajo una feroz dictadura.
5. La oposición debe tomar la iniciativa para convencer a los “ni-nis” de que no toda la oposición es deshonesta, de que sus temores son infundados o de que, cuando sean justificados, se aplicarán los correctivos necesarios para hacer que la oposición sea lo más limpia y honesta posible. Debe demostrarle a esos grupos que el país está objetivamente en camino a la ruina si no se constituye un gran frente anti-dictadura. Debe argumentar que es mucho más beneficioso para el país insurgir civicamente contra la dictadura existente que desconfiar de una oposición que no es la misma del pasado, que aún no ha tenido la oportunidad de mostrar lo que puede hacer en el gobierno. La oposición debe establecer las bases de una acción conjunta con quienes se muesytran escépticos.
6. Creo que el mecanismo más efectivo para lograr desmontar mucha de la desconfianza de los ni-nis y sus argumentos en contra de la oposición debe ser un acercamiento efectivo entre los dos grupos. Para lograrlo debe convocarse, a la brevedad posible, un Congreso Pro-Libertad y Democracia, en el cuál participen los miembros de la oposición y los representantes de los grupos llamados “ni-nis”. Para que ello sea posible los ni-nis deben tener representantes genuinos. Hay algunos grupos que se autodefinen como “ni-nis” pero son, en realidad, criptochavistas (véase, por ejemplo, el grupo liderado por Fermín Toro Jiménez y Luis Fuenmayor Toro).
7. Tal Congreso deberá establecer las bases de una acción común, deberá tener como objetivo principal minimizar la desconfianza de un grupo por el otro, deberá clarificar los objetivos de cada quien. La iniciativa para convocar este Congreso debe partir de la oposición, de la llamada Mesa de Unidad. Aunque el Congreso no lograse todos sus objetivos, representaría un gran paso de avance en el camino de consolidar la lucha frente a la dictadura.
El dilema actual es como unir al grupo que desconfía del pasado con el grupo que hace oposición en el presente. Es indispensable que ambos grupos enfrenten juntos el futuro
Autor: Gustavo Coronel
Fuente: Noticiero digital
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