sábado, 22 de mayo de 2010

Crimental


Luego de que lo abandonara supo que la única opción que tenía para continuar con su vida era eliminar de su memoria cada vestigio de su ex mujer, debía desterrarla al olvido.
Un arduo trabajo psíquico de hipnosis y control mental le permitieron que en su memoria no quedara ningún rastro de ella: había logrado suprimirla, ya no existía.
Su esfuerzo mental por eliminarla había sido tan poderoso que jamás logró entender por qué, allá en febrero de 1984, lo condenaron por el asesinato de una fulana que nunca había conocido.

Delfín Beccar Varela

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