

"No estamos aquí para ser servidos sino para servir, para trabajar por los demás. No debemos quedarnos tranquilos o intranquilos; conformes o inconformes o en nuestras casas, esperando a que otras personas traigan la solución a nuestros problemas y la felicidad a nuestras vidas. Seremos felices realmente si, sabiendo estas cosas, cumplimos, actuamos. Debemos dejar también de lamentarnos por lo que nos ocurre y dejar de culpar a los demás de nuestros males. Debemos pensar en trabajar en beneficio de nuestro vecino, de aquel a quien no conocemos, y que incluso puede ser nuestro opositor.
(...)
El único camino para llevarlo adelante es educando a través de la fe y del evangelio.
Aceptarlo en nuestros corazones y llevarlo al corazón de nuestras niñas, niños y jóvenes. Quizás a nosotros, los adultos se nos haga más difícil todo este proceso pero no por eso debemos de dejar de intentarlo; porque todo es posible para quien tiene fe. Porque cada vez que cada uno se convierta podrá fortalecer a los demás.
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La educación es la suprema contribución al futuro de la humanidad, puesto que tiene que contribuir a prevenir la violencia, la intolerancia, la pobreza, el egoísmo y la ignorancia. (...) Es tiempo de ideales y de luchar. El triunfo es de los que perseveran. La vida puede ser una aventura emocionante"
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