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martes, 1 de junio de 2010
Cómo destruir la Economía de un país en 10 lecciones
Por Luis Pazos
Para lograr que un país progrese se han planteado muchos caminos. Algunos han dado resultados, otros no. lo cierto es que cualquier camino que lleve al progreso es difícil y requiere esfuerzos. Destruir la economía de un país tampoco es tan sencillo: es necesario seguir un camino determinado para lograrlo, para no fallar.
Si en un país se llevan a la práctica las siguientes lecciones, la destrucción de su economía está garantizada.
1ª. Lección:
Fomentar la diferencia de clases
Enseñar que aquellos que tienen un alto nivel de vida, lo han logrado gracias a la explotación que han hecho de los que viven con escasos recursos. Es necesario prescindir de la idea de que los países progresan con trabajo y esfuerzo, y de que la riqueza es algo que se crea. Hay que centrar la atención de estudiantes y trabajadores en los problemas de la distribución de la riqueza, y formar conciencia de clase.
Forma de difusión: es fácil elaborar una conferencia, discurso o artículo, con base en las grandes diferencias de clases que existen, en especial, en los países subdesarrollados. Se pueden consultar estadísticas de la O.N.U. y de la C.E.P.A.L., para reforzar las tesis planteadas. Posteriormente, se citan algunos casos de la vida real, con los que se demuestra que unos pocos viven con muchas comodidades, mientras una gran parte carece de lo necesario. Estos argumentos, sabiéndolos llevar, tienen un éxito rotundo entre masas que no razonan. Además, las mismas personas que son usadas como instrumentos para difundir esas ideas, lograrán ser admiradas, respetadas y consideradas por muchos como filántropos que buscan el bienestar común.
Resultados: La gente ya no ve la solución en producir, sino en quitarle al que ha producido. Espera recibir la parte que le corresponde de riqueza, que “otros le han quitado” y están disfrutando. Con estos razonamientos se destruye la unidad del país y la cooperación entre los sectores sociales, lo que trae como consecuencia bajas en la producción y en la efectividad del trabajo.
2ª. Lección:
Crítica de lo establecido
Todo sistema tiene fallas y bajo él se cometen injusticias. Hay que buscar dónde están y hacer banderas de ellas. Lo importante no es plantear una posible revisión de esas fallas e injusticias para que sean corregidas, sino convencer a la gente de que vive en un sistema injusto que hay que aniquilar.
Forma de difusión: Se pueden usar expresiones como "cambio de estructuras", "injusticia social", "mala distribución de la riqueza", "proceso revolucionario", etc., que suenan bien, son de actualidad, y cada quien les puede dar el significado que quiera. Siempre hay quienes estén dispuestos a incluir estas expresiones en sus pláticas y escritos, como relleno o para impresionar.
Resultados: Si se logra centrar la atención sobre lo negativo de lo construido, trabajadores, estudiantes y muchas otras personas ya no se dedicarán a ayudar al progreso de su país, sino a destruir por destruir. El que más destruya será el más revolucionario.
3ª. Lección:
Comprar empresas quebradas y otorgar subsidios
Al convencer a un gobierno de que debe comprar empresas quebradas para evitar el desempleo y la baja de producción, se va a lograr que gran parte de los recursos públicos no se apliquen a obras de infraestructura o a proyectos que ayuden al progreso del país. El gobierno irá creando un sector que será un lastre e impedirá el progreso.
Es fácil encontrar una excusa para subsidiar empresas, organismos descentralizados y sectores enteros de la producción. Se puede argumentar, con bastante éxito, que por medio de los subsidios se está redistribuyendo la riqueza, manteniendo un nivel de producción e impulsando a industrias nuevas y necesarias.
La verdad es que los subsidios nunca van a dar el resultado esperado; pero sí van a ayudar a devastar una economía floreciente y a procrear empresarios y trabajadores parásitos, a quienes no les interesa producir en forma eficiente.
Forma de difusión: Por medio de teorías económicas esotéricas y complicadas, expuestas por alguna persona o institución que goce de prestigio, se puede convencer a políticos que no sepan de economía, de una aparente necesidad por parte del gobierno, de absorber empresas quebradas o próximas a quebrar, “para conservar fuentes de trabajo y mantener el ritmo de crecimiento del país”.
Resultados: Se logran fallas estructurales en la industrialización de una nación, fallas que a la larga, con otros factores, van a traer una quiebra total, debida a un sector que en lugar de producir nuevos recursos para el país, absorbe los recursos ya producidos.
4ª. Lección:
Gastar más de lo que se recibe
Así como una persona, un gobierno tiene un límite en sus gastos, y cuando gasta más allá de sus posibilidades y de su capacidad de contraer deudas, tarde o temprano fracasará, es conveniente, para encaminar a un país al desastre, hacer que su gasto sea mayor que sus ingresos.
Forma de difusión: Mediante algunos sofismas económicos, que a primera vista tienen el aspecto de verdaderos, se puede convencer a un gobierno de que es necesario que gaste lo más que pueda; de que todo gasto creará empleos y poder de compra. En realidad, lo que sucede es que cualquier gasto del sector público o privado que no da frutos, trae como consecuencia un desgaste de los recursos del país, la disminución en el poder de compra de todos los habitantes, e impide la creación de fuentes de trabajo en otros campos de la producción. Cada empleo improductivo que crea un gobierno, corresponde a un empleo que deja de crear una empresa eficiente; cada peso que gasta inútilmente un gobierno, es un peso que deja de gastar un ciudadano.
Resultados: La política del derroche público ha traído consecuencias negativos en todos los países en donde se ha aplicado. Aunque a corto tiempo da la impresión de una bonanza económica, inevitablemente terminará en una situación peor de la que se trató de resolver, y llevará al país fatalmente al caos económico.
5ª. Lección:
Endrogar al país
Todos los países que ahora son potencias, han necesitado la ayuda de otros, pero han usado los préstamos en crear empresas productivas. Para que la labor de demolición de una economía se afectivo, es necesarios que los préstamos se usen para subsidios y mantener en operación empresas quebradas u obras improductivas, lo que asegurará un mayor endrogamiento posterior, ya que las inversiones hechas con los préstamos no producirán ni para cubrir los intereses.
Forma de difusión: Se debe propiciar la creencia de que los préstamos logrados son un signo de la confianza que tiene el país acreedor en el país deudor, y debe aparecer como un éxito de éste el haberlo obtenido.
Resultados: En poco tiempo gran parte de los impuestos de los ciudadanos será destinado al pago de intereses al país acreedor, y se formará un círculo vicioso entre préstamos y pago de intereses, que asegurará un freno al avance del país y su dependencia respecto del exterior.
6ª. Lección:
Colectivizar y fomentar la invasión de tierras en el campo
La colectivización, junto con la invasión de tierras, traerá inevitablemente una baja en la producción, hecho que a la vez será utilizado para argumentar que hace falta un mayor grado de colectivización, lo cual traerá varios beneficios para los que buscan la destrucción, ya que creará una masa de campesinos paupérrimos y desheredados que pueden ser utilizados como arma política.
Forma de difusión: Mediante campañas populistas, acusar al propietario de tierras y al productor, de latifundista, capitalista y explotador.
Resultados: Si se logra llevar hasta las últimas consecuencias la colectivización, sobrevendrán la escasez y la necesidad de importar artículos agrícolas de primera necesidad, lo que culminará con el racionamiento.
7ª. Lección
Desalentar a los productores
Los coordinadores de la producción o empresarios son contra quienes hay que dirigir gran parte de los ataques. Se les debe hacer ver como opresores que sólo buscan su propio beneficio. Es necesario formar una falsa opinión del empresario, que lo presente como un sujeto nefasto a la sociedad.
Forma de difusión: Calificar a todo empresario de “burgués”, “explotador”, “terrateniente”, “codicioso”, y difundir el sofisma de que todo el que busca ganancias o beneficios personales, es un ser antisocial.
Resultados: Se puede lograr que el empresario, que es cualquier persona con iniciativa y capacidad de producir, deje de luchar.
8ª. Lección
Producir la inflación
Se puede convencer al gobierno de que la inflación no tiene efectos nocivos, y de que es necesario lanzar más papel moneda al mercado para activar la producción o como solución a sus excesivos gastos.
Forma de difusión: Mediante teorías económicas como la de Keynes, que convencen a quienes no conocen sus consecuencias reales.
Resultados: Lograr una alta tasa de inflación en una economía producirá alza de precios, de salarios, y agudizará la diferencia de clases. Perjudicará a las clases menesterosas, cuyo descontento puede aprovecharse como instrumento político.
9ª. Lección:
Establecer el control de precios
La política del control de precios de artículos necesarios es popular entre la gente que ignora sus resultados. Se le debe dar la apariencia de defensa de las clases débiles. Lo que se va a lograr, en realidad, es que el artículo con precio controlado empiece a escasear.
Forma de difusión: Decir que el alza de precios es obra de especuladores, acaparadores y comerciantes sin escrúpulos a quienes sólo les interesa el dinero, ávidos de ganancias y que es necesario frenar sus abusos mediante el control de precios.
Resultados: Los productores van a preferir dedicarse a producir otros artículos que no estén controlados, lo cual va a traer la escasez del producto controlado. Controlar el precio de un producto hace que disminuya la competencia y que los empresarios que todavía produzcan lo controlado, no se empeñen en aumentar la calidad de sus productos. La escasez del producto provocará a la larga su venta en el mercado negro.
10ª. Lección:
Culpar a los imperialismos
Hay que convencer a la gente de que todo nuestro atraso económico es culpa de los imperialismos, de que ellos se han hecho poderosos exclusivamente a costa nuestra. Estas ideas inclusive pueden ser adoptadas por empresarios, y sobre todo funcionarios públicos, que así justificarán sus fracasos, aunque estos se deban a su ineptitud y no a los imperialismos.
Se debe culpar a los imperialismos de los efectos desastrosos que tengan las anteriores medidas citadas en estas lecciones, para que la gente no sospeche de los que en realidad van socavando la economía nacional.
Forma de difusión: Cuando algún proyecto fracase, utilizar propaganda para hacer aparecer como chivo expiatorio a “los imperialismos”, a los cuales se responsabilizará del alza de precios, desempleo, salarios bajos y de cualquier crisis económica o política.
Resultados: Gran parte de la población, estudiantes, intelectuales, empresarios, obreros, campesinos, etc., se convencerán de que todo lo malo que pasa en el país es culpa de los Estados Unidos y otras potencias, y no se pondrán a buscar las verdaderas causas de nuestros fracasos, dejándolas actuar.
Conclusión:
Éstas son las principales lecciones que debe seguir quien quiera destruir con eficacia y seguridad la economía de un país. Tienen varias ventajas:
1. No se tiene que presentar una batalla o lucha armada contra los que se oponen a la destrucción.
2. Todos los puntos recomendados tienen la característica de poder se presentados como necesarios para el progreso.
3. Con el apoyo de los ignorantes en materia económica y política, que desafortunadamente abundan, se pueden llegar a la práctica estas lecciones sin el peligro de ser tildados de traidores o enemigos de la patria.
Destruir la economía de un país o anular su crecimiento no es fácil, pero con inteligencia se puede lograr, y a la vez, aparecer como benefactores sociales y paladines del bienestar nacional los propios causantes de la destrucción.
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