Hace muy poco conocíamos un dato demoledor: la red social Facebook se apuntaba 500 millones de usuarios en todo el mundo. Una cifra récord que no llega exenta de polémicas. Y es que de un tiempo a esta parte, la famosa red social de Mark Zuckerberg ha sido protagonista de varios incidentes con la privacidad del sitio. El caso es que después de celebrar tan sonado cumpleaños, Facebook ha sido víctima de un experto en códigos de programación: un tal Ron Bowles ha logrado hacerse con los datos privados de 100 millones de usuarios registrados. ¿Una prueba más de que Facebook no es uno de los sitios más seguros de Internet?
Los datos recaptados pertenecían a perfiles de usuarios que no habían configurado su privacidad a niveles adecuados. Una vez los obtuvo, Ron Bowles confeccionó una lista que llegó a Pirate Bay, el conocido sitio de descargas, y que compartieron unos 1.000 internautas. El documento contiene datos de usuarios de Facebook que tienen su perfil abierto (aunque sea de forma parcial) y el código que ha utilizado este experto para registrar los datos publicados en la red social. Aun así, hay que decir que cualquiera puede acceder a un listado de usuarios abierto que facilita la misma Facebook.
Lo cierto es que el equipo de Mark Zuckerberg ha publicado una lista de todos los usuarios registrados en la red social que pueden ser encontrados fácilmente a través de un buscador. No les queda otra: los usuarios que utilicen Facebook deben saber que su información personal puede estar viajando por Internet sin restricción alguna. Es por eso que resulta tan importante tener bien cerrados bajo llave tus datos y fotografías personales para que ningún desconocido, o en este caso experto en sistemas informáticos, pueda arrebatarte un buen trozo de intimidad.
miércoles, 28 de julio de 2010
¿Se te mojó el BlackBerry o quieres saber qué hacer si te sucede?
1. Sácalo del agua lo más pronto posible. El plástico que cubre al celular es bastante grueso, pero el agua puede entrar de todas maneras. Intenta que sea dentro de los primeros 20 segundos o menos. Así que, sácalo rápido!
2. Lavarlo. Una vez fuera del agua, lavarlo con agua dulce (solo si ha caído en el mar) y limpia.
3. Saca la batería. Este es uno de los pasos mas importantes. No pierdas tiempo pensándolo; la electricidad y el agua no se mezclan. Apagar tu celular es un paso crucial para salvar tu celular. Muchos circuitos internos del celular sobrevivirán a la inmersión en agua, evita que este conectado mientras este mojado.
4. Saca tu tarjeta SIM. Alguno o todos tus valiosos contactos(o algún otro dato) podrían estar guardados en tu SIM. Para algunas personas esto podría ser más valioso salvar que el mismo teléfono. Las tarjetas SIM sobreviven bien al agua. Simplemente sécala y déjala a un lado hasta que necesites conectarte de nuevo. Ten en cuenta que muchos teléfonos no tienen tarjeta SIM
5. Seca tu teléfono. Obviamente necesitas quitar la mayor cantidad de agua posible lo mas pronto posible, así podrás prevenir que entre a tu teléfono. Usa una toalla o un papel para secar la mayor cantidad de agua posible. Usa el secador de pelo a su máxima potencia por varios minutos, todo lo que evite la humedad del teléfono ayuda, luego busca un bol/tarro/frasco/bote donde introducir el aparato y cubrirlo con granos de arroz. Es muy absorbente y eliminará los restos de humedad en un par de días.
6. Deja el teléfono secando Como no quieres arruinar tu teléfono o perder todos los números de su agenda, necesitas dejar que se seque. También, tus ringtones y gráficos estarán en tu teléfono – no en el SIM. No trates de colocar la batería de nuevo para ver si funciona el celular, esto podría producir un riesgo de daño en el teléfono por un cortocircuito.
Este punto es importante ya que muchas veces la impaciencia hace que tratemos de ver si el aparato realmente murió, no hagas tal, deja que la humedad lo abandone completamente antes de hacer ninguna prueba.
7. Calienta tu teléfono Aplica suficiente calor a tu teléfono para hacer que el agua se evapore sin que dañe la pantalla digital. Uno de las mejores cosas que puedes hacer para salvar tu celular es colocarlo detrás el monitor de tu computadora o de la TV sobre la ventilación. Usualmente estos aparatos tienen la perfecta cantidad de calor para arreglar tu celular. El aire caliente que circula por la ventilación ayudará a sacar la humedad de tu teléfono. Deja el teléfono en el calor por unos 2-3 días.
8. Prueba tu teléfono Después de esperar 3 días asegúrate de limpiar y secar con cuidado y ahora si coloca la batería en el teléfono y ve si funciona.
Si tu teléfono no funciona, repite el paso 4. Y si aún no funciona, lleva tu celular a repararlo donde un técnico autorizado.
Fuente: arturogoga
JDownloader, cómo descargar de taringa, rapidshare y megaupload sin esperar
Las páginas web que ofrecen descarga directa de contenidos como Rapidshare o Megaupload suelen poner bastantes pegas en el servicio gratuito. Generalmente hay que esperar unos segundos antes de que comience la descarga, existen límites a cuanto nos podemos descargar o la velocidad de bajada de las cuentas ‘free’ es comparable a la de los caracoles de campo.
La solución a todas estas molestias se llama Jdownloader. Se trata de un programa de código abierto basado en licencia GNU y gratuito que sirve para gestionar y centralizar los procesos de descarga de estas paginas web de alojamiento inmediato como Taringa, Rapidshare o Megaupload.
Básicamente, lo que hace JDownloader es separar en paquetes los archivos a descargar y buscar distintas fuentes simultáneas para cada archivo. El uso de varias conexiones es precisamente lo que diferencia las cuentas premium de las gratuitas en estas páginas y, en la práctica, da alas a la velocidad de bajada. JDownloader incluso ofrece la opción de descomprimir automáticamente los archivos .RAR.
Por si esto fuera poco, la aplicación gestiona automáticamente los tiempos de espera, que siguen estando ahí, pero se vuelven invisibles para el usuario. Curiosamente, también soporta y automatiza el sistema Captcha de claves para distinguir a usuarios humanos de bots.
En el colmo de la previsión y a mayor gloria de la tranquilidad del usuario, JDownloader es capaz de reiniciar automáticamente el router para renovar la dirección IP. Esta función es crucial en las páginas de descarga que, como Megaupoad, registran nuestra IP para limitar el volumen de descarga.
Jdownloader está disponible en varios idiomas entre los que se cuenta el español. También tiene versiones para OSX, Windows o GNU/Linux y, como decimos, es totalmente gratuito, así que no os fiéis de las web de siempre que pretenden venderos la descarga a cambio de procesos raros del tipo SMS premium. El sitio oficial de descarga es este.
Por último, recordar que JDownaloader, en realidad, no es más que un programa que automatiza y puentea la descarga desde páginas web que, en muchas ocasiones, albergan contenidos protegidos por derechos de autor. No vaya a ser que, aunque sea aplicando aquello de ‘quien roba a un ladrón’ y de manera ‘totalmente involuntaria’ descarguemos algo que pueda herir sensibilidades legales.
Domingo 18º del Tiempo Ordinario. 1 de agosto de 2010
Evangelio
Evangelio según San Lucas 12,13-21.
Uno de la multitud le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”.
Jesús le respondió: “Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?”.
Después les dijo: “Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas”.
Les dijo entonces una parábola: “Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho,
y se preguntaba a sí mismo: ‘¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha’.
Después pensó: ‘Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes,
y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida’.
Pero Dios le dijo: ‘Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?’.
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios”.
DESENMASCARAR LA INSENSATEZ
El protagonista de la pequeña parábola del “rico insensato” es un terrateniente como aquellos que conoció Jesús en Galilea. Hombres poderosos que explotaban sin piedad a los campesinos, pensando sólo en aumentar su bienestar. La gente los temía y envidiaba: sin duda eran los más afortunados. Para Jesús, son los más insensatos.
Sorprendido por una cosecha que desborda sus expectativas, el rico propietario se ve obligado a reflexionar: «¿Qué haré?». Habla consigo mismo. En su horizonte no aparece nadie más. No parece tener esposa, hijos, amigos ni vecinos. No piensa en los campesinos que trabajan sus tierras. Sólo le preocupa su bienestar y su riqueza: mi cosecha, mis graneros, mis bienes, mi vida…
El rico no se da cuenta de que vive encerrado en sí mismo, prisionero de una lógica que lo deshumaniza vaciándolo de toda dignidad. Sólo vive para acumular, almacenar y aumentar su bienestar material: «Construiré graneros más grandes, y almacenaré allí todo el grano y el resto de mi cosecha. Y entonces me diré a mí mismo: Hombre, tienes bienes acumulados para muchos años; túmbate, come y date buena vida».
De pronto, de manera inesperada, Jesús le hace intervenir al mismo Dios. Su grito interrumpe los sueños e ilusiones del rico: «Necio, esta noche te van a exigir la vida. Lo que has acumulado, ¿de quién será?». Ésta es la sentencia de Dios: la vida de este rico es un fracaso y una insensatez.
Agranda sus graneros, pero no sabe ensanchar el horizonte de su vida. Acrecienta su riqueza, pero empequeñece y empobrece su vida. Acumula bienes, pero no conoce la amistad, el amor generoso, la alegría ni la solidaridad. No sabe dar ni compartir, sólo acaparar. ¿Qué hay de humano en esta vida?
La crisis económica que estamos sufriendo es una “crisis de ambición”: los países ricos, los grandes bancos, los poderosos de la tierra… hemos querido vivir por encima de nuestras posibilidades, soñando con acumular bienestar sin límite alguno y olvidando cada vez más a los que se hunden en la pobreza y el hambre. Pero, de pronto nuestra seguridad se ha venido abajo.
Esta crisis no es una más. Es un “signo de los tiempos” que hemos de leer a la luz del evangelio. No es difícil escuchar la voz de Dios en el fondo de nuestras conciencias: “Basta ya de tanta insensatez y tanta insolidaridad cruel”. Nunca superaremos nuestras crisis económicas sin luchar por un cambio profundo de nuestro estilo de vida: hemos de vivir de manera más austera; hemos de compartir más nuestro bienestar.
José Antonio Pagola.
Lectio Divina. Domingo 18º del Tiempo Ordinario/ 1 de agosto de 2010
Tiempo Ordinario Ciclo C. Oración con el Evangelio.
Autor: P. Martín Irure | Fuente: Catholic.net
Lc 12, 13-21
13 Uno de la gente le dijo: "Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo."
14 El le respondió: "¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?"
15 Y les dijo: "Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes."
16 Les dijo una parábola: "Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
17 y pensaba entre sí, diciendo: "¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?"
18 Y dijo: "Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
19 y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea."
20 Pero Dios le dijo: "¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?"
21 Así es el que atesora riquezas para sí, y no se enriquece en orden a Dios."
1. INVOCA
# Vas a entrar en la oración, en diálogo con el Señor, que te manifiesta su querer desde la Palabra, el Hijo, que te trasmite el mensaje de parte del Padre.
# Aprovecha este tiempo privilegiado de escucha y respuesta en torno a la Palabra.
# Orar es: abandonarse al designio de Dios sobre tu vida. Comprometerte a realizar su voluntad.
# Orar es: huir de la mediocridad y de la superficialidad, sin permitir que la rutina te impida ver la dirección y el sentido de tu camino.
# Orar es: renunciar a lo que te parece más cómodo o menos complicado, para orientar tus pasos siempre según el proyecto del Señor para tu vida.
# Invoca al Espíritu, que está dispuesto para inspirarte y animarte: Veni, Sancte Spiritus.
2. LEE LA PALABRA DE DIOS Lc 12, 13-20 (Qué dice la Palabra de Dios)
1. Tengan mucho cuidado con toda clase de avaricia (v. 15)
# En este relato Jesús nos da una enseñanza sobre cómo usar las riquezas. Y lo hace mediante un diálogo y una parábola.
# Jesús no quiere hacer de juez. No responde a aquel que le pide mandar a su hermano que reparta le herencia con él. Esto era lo habitual en tiempo de Jesús: el primogénito tenía derecho a toda la herencia.
# Jesús plantea, más bien ofrece una enseñanza sobre el recto uso de los bienes. Jesús va a la raíz: no dejarse llevar por la avaricia o la codicia.
# Pablo llama idolatría a la codicia: Destruyan, pues, lo que hay de terreno en ustedes: fornicación, impureza, pasión desordenada, malos deseos y codicia, que es una especie de idolatría (Col 3, 5). La idolatría es poner la confianza y entregar la vida a algo o alguien que no es Dios.
2. ¡Torpe! Esta misma noche morirás (v. 20)
# La parábola muestra que el rico es un insensato, un necio. A pesar de haber calculado todo el crecimiento económico debido a las buenas cosechas, sin embargo, no se da cuenta de lo principal: la salvación definitiva.
# La lección es clara: las riquezas no dan seguridad ni confianza. Tal rico piensa y actúa como un pagano o un ateo, como aquel que no cree en Dios ni en la otra vida. Se da en esta enseñanza de Jesús un rechazo a la acumulación de bienes para el disfrute de uno mismo, sin tener en cuenta a los muchos necesitados que le rodean.
# El que vive preocupado de sus riquezas y se olvida del prójimo necesitado está olvidando su condición de hijo de Dios y hermano de los otros. Sólo busca su seguridad, su placer, su comodidad. Tiene el corazón insensible a la necesidad del prójimo.
# Jesús condena la falta de solidaridad con el prójimo necesitado en aquel que abunda en bienes y en riquezas. Por eso, es necio aquel que dedica toda su vida a acumular y a disfrutar de los bienes adquiridos, sin importarle nada la penuria ajena.
3. La vida no depende de las riquezas (v. 15)
# Las riquezas no son una divinidad. La vida del hombre no se reduce a lo que posee o puede poseer. El discípulo de Jesús no tiene que preocuparse de las riquezas como si fuera un pagano o un ateo. La dignidad de la persona no está en el tener sino en el ser.
# La vida del discípulo de Jesús ha de tener como ideal el Reino de Dios, la salvación de todos, la caridad con todos, la justicia para todos. El cristiano debe valorar sus bienes para darles un destino justo y caritativo para su familia, para sus empleados, para los pobres.
# La sociedad pone otros valores: tener, hacer rendir el capital, llevarse buena vida el que tiene y el que puede. El cristiano ha de pensar que sus bienes son suyos en tanto en cuanto sirven para el bien de la familia y de otros hermanos necesitados. Los Padres de la Iglesia afirman que los bienes o las riquezas no son de aquel que se dice propietario, sino de quien más lo necesita.
# Jesús establece los criterios de cómo usar de las riquezas. Tales criterios los tiene en cuenta aquel que se hace rico a los ojos de Dios (v. 21). Y se olvida de ellos el que acumula tesoros para sí (v. 21).
3. MEDITA (Qué me/nos dice la Palabra de Dios)
# La Palabra de Jesús me compromete a revisar cómo utilizo el dinero, qué apego tengo a las cosas, en qué lo empleo. ¿Cómo estoy de ambición? ¿Envidio al que tiene y puede vivir mejor que yo? En el presupuesto económico, reservo alguna cantidad para ayudar a los necesitados? ¿Me dejo llevar del consumismo y adquiero lo que no necesito?
# ¿Me siento más que los pobres y los necesitados? ¿Me dejo llevar por el orgullo? ¿Cómo debo administrar el dinero de que dispongo a la semana, al mes? ¿Qué criterios me orientan en el empleo del dinero?
# El nuevo humanismo, que incluye ser sabios en la administración responsable de las realidades de este mundo según la ley de Dios, para nuestra utilidad y la de los hermanos, es una gracia que debemos impetrar (Vaticano II, Gaudium et spes 31.55).
4. ORA (Qué le respondo al Señor)
# Señor, quiero arrancar de mi corazón toda codicia, toda ambición. Quiero entender que Tú eres mi mayor y mi único tesoro. Desde tus mismos modos, quiero organizar mi vida, la de mi familia o comunidad, para que no me quede esclavizado por el dinero ni por las cosas.
# Te diré con Francisco de Asís: Padre, Tú eres el Bien, todo Bien, sumo Bien, Señor Dios, vivo y verdadero.
5. CONTEMPLA
# A Jesús que, siendo rico, se hizo pobre por ustedes, para enriquecerlos con su pobreza (2 Cor 8, 9).
# A ti mismo, tan apegado con frecuencia a los bienes materiales y tan olvidadizo de los necesitados de cualquier tipo de ayuda.
6. ACTÚA
# No me dejaré arrastrar por el afán del consumismo. Revisaré lo que tengo en casa para ir prescindiendo de tantas cosas, a las que estoy apegado.
# Exclamare como Francisco de Asís: Dios mío y todas mis cosas. Así declaro que el Señor es mi sumo y total Bien.