sábado, 1 de agosto de 2009

TE BUSCO, SEÑOR

Aunque lo haga de una forma equivocada,
e incluso, a veces porque me das lo que me conviene.
Pero créeme, Señor, que te busco porque te quiero.
Aunque a veces la cruz me pese demasiado
Aunque, en otros momentos,
no entienda en algo o en mucho tus misterios
Aunque, la vida terrena,
me guste más que aquella que en el cielo me espera
TE BUSCO, SEÑOR
No por lo que me das, aunque me lo ofrezcas
No porque me acompañas, que te lo agradezco
No porque me iluminas,
aunque a veces prefiera vivir en la oscuridad
Sólo sé, Señor, que te busco.
En cada día y en cada acontecimiento
En la escasez y en la abundancia
En el llanto y en la sonrisa
Cuando las cosas vienen de frente
y, cuando el suelo por debajo de mis pies,
se abre en un peligroso boquete
TE BUSCO, SEÑOR
Aunque mi fe no sea sólida
y, a veces, exija pruebas de tu presencia
Aunque dude, y a continuación,
te de la espalda y no pueda defenderte
Aunque no trabaje demasiado
por tu causa y por tu Evangelio
Sólo sé, Señor, que no dejo de buscarte
Que no dejo de quererte
Que no dejo de de pensar
que, sin Ti, mi vida sea muy diferente.
Gracias, Señor

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